martes, 27 de enero de 2009

LECCIÓN 4. Por dónde empezar a ver

Al público de la calle le cuesta mucho abordar cualquier obra de arte por el simple hecho de que le tienen miedo. La gente tiene miedo porque no sabe. Le preocupa quedar en ridículo, meter la pata, ir de listo o de burro, o hacer juicios equivocados. Le pasa a todo el mundo.

La mayoría de la gente no sabe de arte. Estoy seguro que la razón más importante por la que nadie lee, por ejemplo, textos de arte es porque, a menudo, la gente que los escribe tampoco sabe muy bien qué decir.
Entonces pasa lo de siempre, se habla de la biografía del artista y de historia porque, ¿qué se puede decir de una obra de arte?. La otra opción es utilizar términos que se refieren a cosas no tangibles. Así se consigue que todo quede en el aire y uno parece más listo. Lo difícil está en que te entienda todo el mundo.

Soy de la opinión de que si una obra está expuesta en público hay que hacer, de la manera que sea, que el público la entienda. No es el público el que tiene que hacer el esfuerzo sino el artista, galerista, museo, etc.
(Imagínense una novela o película que no se entienda)
Pero veamos por dónde empezar.
Pongamos un ejemplo lo más sencillo posible.

1910. Nolde, Emil. Mar de otoño. Óleo sobre lienzo.

¿Por dónde empezamos?

Lo primero miren el cuadro.

1. ¿Qué se ve? ¿qué imagen hay?(Sitúense a la distancia en que ustedes se encuentren cómodos para verlo entero).

Traten de decir (enumerar, si es necesario) aquellas cosas que ven con la mayor precisión posible, empezando por que más les llame la atención pero intentando no dejarse detalles. Pero de momento piensen en términos generales, a ver si ven ustedes algo.

¿Ya?, ¡bien!.

(Nota.- Depués de haber hecho el esfuerzo de ver el cuadro, tienen al final de esta entrada mis respuestas).

2. Una vez han sacado todo el partido de lo que ven en la imagen, cambien de posición para ver el cuadro desde otro lugar. Acercérquense sin miedo (Pulsen el botón derecho de su ratón y seleccionen "Abrir en una nueva pestaña").

¿Ahora qué ven? supongo que muchos ni siquiera distinguirán bien el paisaje. Bien, pues ¿con qué se encuentran?.

3. Y una vez visto todo. ¿Qué conclusión sacan?.

...

1. Vemos mar y nubes. Reflejos de la luz del sol en ambos. Es primera o última hora del día (el sol está bajo), lo descubrimos por el color cálido de los reflejos y porque los más luminosos se encuentran en los laterales de las nubes.

Con esto he comprobado que la pintura es fiel a cómo el sol ilumina el mar y las nubes a determinada hora del día. Todo está en orden aunque en movimiento.

En cuanto a la imagen en general, llama la atención el color, el uso le esos contrastes, que determina el paisaje en una hora del día donde el sol convierte todo en color. Además son pocos colores (rojo, amarillo y violeta) y sólo un poco de blanco.

¿Lo siguiente que llama la atención? el efecto del viento y el mar picado. Todo está en movimiento.Y claro, vemos el título y comprobamos que el sol es de otoño y no de verano.

2. Lo que se ve ahora es una maraña de gruesas pinceladas de colores. Poco queda del mar, las nubes, el viento y las olas. Ahora son colores mezclados al óleo. Podemos distinguir una gama limitada de colores pero, de cerca, no tienen mucha coherencia, por no decir ninguna. Son colores mezclados aleatoriamente. Es un caos.